lunes, 11 de febrero de 2013

Caníbales.

  Si la gente se interesara más por su vida que por la de los demás las cosas serían mil veces más sencillas. Aborrezco esos momentos en los que yo misma me meto en cosas que no me incumben pues sé que se siente de la fregada que lo hagan con mis asuntos.

 Algunos piensan que están haciendo las cosas bien porque "se preocupan por la persona" pero no tienen la consciencia (o tienden a hacerse pendejos) de que sus palabras pueden llegar tanto a destruir amistades como destruir vidas completas. La palabra mal intencionada es el peor veneno y el arma más mortal que posee el ser humano. Quienes la usan como entretenimiento o fuga de su realidad terminan tan enredados como aquéllos a quienes juzgan con tanta severidad. Sinceramente para mi no hay casi nada tan "castrante" como las personas que optan por hablar mal de otras sin ver lo que cada uno posee. Es por esto que cuando me doy cuenta de que yo estoy haciéndolo al momento me detengo pues no es, sino una vida, lo que puede estar en juego. Y es que, una cosa es la carrilla y otra ser un hijo de la chingada que nada más ve lo negativo en las otras personas.

  A mi me dijeron en varias ocasiones, si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada en lo absoluto, y tienen razón. A veces lo olvido pero si nada bueno va a salir de mi boca, mejor no la abro. Si me descubro culpable, reconozco ese error ante mi interlocutor o interlocutores y no por quedar bien, más bien porque si ya abrí la bocota, que mejor que tapármela.
 
"Vive y deja vivir" ¿Que tan difícil es eso? Para la mayoría de la gente es uno de los más grandes esfuerzos que tenemos que hacer. Y no porque queramos arreglar la vida "desviada", sino, porque en mi caso, así es como aprendimos a vivir. Dicen que "perro viejo no aprende nuevos trucos" pero no somos animales, hasta donde yo sé, del mismo nivel de "pensamiento" de los perros. No necesitamos ser entrenados, no nos vamos por nuestros impulsos únicamente. Tenemos la capacidad de raciocinio para entender que "esas cosas no se hacen" porque afectan tanto al emisor de la calumnia o chisme "verdadero" como al mencionado en tal declaración. Pero si el lado "animal" sale a relucir, la carne humana es la más sabrosa.
 
   Lo más sensato en estos casos es ignorar a las personas, pero, como dice el video de el penúltimo blog "...olvida los insultos, si logras hacerlo, dime como." Quién me diga que nunca se molesta por los comentarios que hacen las demás personas de él o ella, una de dos: o que le baje a su orgullo y admita que a todos nos molesta o que pase la receta.

   Al final de cuentas cada quién va a terminar haciendo su santa voluntad, a menos de que seas un pendejo y te dejes influenciar por todos los comentarios que te rodeen. No sé que objeto tenga estar criticando a los demás y más aun a sus espaldas. Valiente quien lo diga de frente pues sabe que lo más probable es que tenga algo o todo de razón. Alguna que otra cosa será verdad y lo que sea para tu beneficio, tómalo, pero lo que no, mándalo a la .... amm, bueno, ustedes me entienden.