domingo, 18 de agosto de 2013

¡Andaba de vacaciones!

   ¡Tanto tiempo tenía sin entrar que hasta el blog me pidió contraseña! No había escrito porque andaba de vacaciones, pero ya regresé. Sé que no tenemos muchos lectores pero la constancia es clave. Mi amiga  les dejó un poema muy interesante, alcancé a leerlo desde el celular cuando lo subió. Espero les haya gustado.  Por mi parte vengo a compartirles mis noticias y mi pensamiento acerca de ello.
   A principio del semestre pasado comencé a trabajar, como se habrán dado cuenta en uno de los primeros blogs, "¿Closet laboral?" y cuando me despidieron de dónde estaba trabajando, conseguí trabajo como Instructora Asistente Electoral para las elecciones estatales 2013. Es un trabajo muy pesado que requiere tiempo, dinero, esfuerzo, responsabilidad y mucha fortaleza. No creo haber escrito de ello en otro momento. Tal vez porque no tenía la entereza para lograrlo en ese entonces. Todo el estrés, la presión y las emociones me hubieran hecho hablar mal de ello y no gusto de parecer quejosa ni de desanimar a los otros a tomar trabajos importantes. Sin embargo aprendí mucho durante este proceso electoral, tanto de mi como de la vida misma.

  Gracias a Dios, toda mi vida la he tenido fácil. A mis 20 años, lo más normal es que me mantengan mis papás, salga de fiesta, estudie y me preocupe por mi futuro. Batallé con mi casa de estudiante, lavé la ropa cada tanto, corría llorando como la nena que soy a casa de mis familiares cuando no tenía nada que hacer y que me dieran comida... bueno eso último no creo que sea tan común. Sin embargo, todas las vidas son distintas y la verdad es que no hay nada "normal" en la vida de nadie, sino es el respirar. Pero ¿Que pasa cuando todo ésto no es posible y ya hay un niño o una niña en tu vida desde hace dos años? ¿Qué pasa si tienes una enfermedad y no tienes el dinero para comprar comida, y mucho menos medicamento? ¿Qué pasa si tienes un hijo de 5 años muy enfermo, teniendo tú 34 años y no sabiendo leer ni escribir? ¿Qué pasa si tu único ingreso para mantener a tu familia de 5 personas es lo que saques de vender latas y cosas en un "tendido" los fines de semana? ¿Qué pasa si eres una anciana sola con una sola pierna y, a duras penas, comida en la despensa? ¿Qué pasa entonces?

   En todo ese tiempo, en esos largos 5 meses que trabajé con el Instituto Estatal Electoral, rompí una venda que tenía en mis ojos, a través de la cual veía la pobreza como algo que pasaba en un pasado, en una historia, en una novela o en un documental. Para mi, la pobreza era batallar por una colegiatura en un colegio privado, tener un fregadero sostenido con dos varillas, unos padres divorciados y la casa un poco sucia; pero ya estando allí, en una colonia, que si lo ves bien no es tan pobre, he de admitir que en ocasiones lloré por lo que vi. Salía de una casa, me perdía de su vista e inmediatamente tomaba el celular para decirle a mi mamá, con sorpresa, que la gente no tenía que comer, que las casas hechas para 4 personas, eran habitadas por 10 ¡Tantas cosas!

   Aprendí que hay gente dura con un corazón herido pero abierto a amar. Que incluso en la pobreza, un vaso de agua no se le niega a nadie. Que la gente puede ser muy grosera y agresiva con quien no conoce. Que el que quiere progresar, puede hacerlo, pero el que no, ni aunque le regales las cosas. Que las personas quisieran ayudar pero sus energías, debido al trabajo, no alcanzan. Aprendí a no ser tan confiada. Aprendí a no ser tan miedosa. Reafirmé mi teoría de que si eres amable, puedes alegrarle a cualquiera (que se de el momento de oírte) el rato. Que una sonrisa y la seguridad con la que ofreces las cosas, hace una enorme diferencia. Aprendí que tu sueldo se te puede ir en coca-cola, gasolina y cigarros, junto con tu salud. Aprendí lo que es pagar los gastos de la casa, limpiar, comer sola, respetar un horario de trabajo, apoyar a la familia. Aprendí que para mi hermano, ya no soy una niña y está intentando confiar en mi. Aprendí a no dar excusas y trabajar honestamente. Aprendí a pagar mis deudas. Aprendí a no hacer esperar a las personas. A no perder papeles, aunque no parezcan importantes, porque los puedes necesitar.

   Muchas veces habrás escuchado que la vida no es sencilla. No vengo aquí a hablarles de eso. Vengo más bien a digerir y poner sobre la mesa, en parte para mi misma, lo que pude ir viviendo durante ese proyecto que elaboré y sobrepasé este tiempo, porque, si uno no se pone a pensar en las cosas que va viviendo, tarda más en aprender algo de ellas y ser mejor persona. Ahora tengo otro proyecto a corto plazo, pues así es como me gusta llamarle a cada cosa que empiezo y que sé que llevará un buen rato. Sólo que eso se los contaré en otro blog cuando surja la oportunidad.

   Tal vez hubiera podido extender ésto más, sin embargo voy a dejarlo aquí. Ahora que ya entré a clases voy a estar publicando más seguido. Tengo también algunos textos de autores colaboradores que no he tenido tiempo de revisar ni publicar. En la semana se los presentaré. En fin, ¡Que tengan una muy hermosa semana! =D