martes, 5 de febrero de 2019

El diagnóstico lo cambia todo

Tengo la certeza de que la psicología y la psiquiatría cargan en ellas verdad. Como seres humanos tenemos el don de discernimiento pues se nos ha dado, por evolución o divina gracia, una conciencia que es carga y liberación. Toma mucho tiempo, para la persona promedio, construir barreras y bases que permitan sostener el frágil ego que posee. Durante toda nuestra vida veremos el mundo girar y cambiar nuestro entorno y por supervivencia nos adaptamos a las circunstancias dadas por el mismo. Son hoy, estas ciencias, la explicación del porqué eterno, o al menos una aproximación , del comportamiento humano. Seguimos, sin embargo, tratando de desenmarañar esta incógnita innegable que es la base y cúspide de nuestras decisiones desde que el primer filósofo exploró sus dudas por medio de cuestionamientos que le acercaran a la verdad, si es que habría alguna.
Sin embargo también tengo la idea de que, una vez adquirida la conciencia de la introspección, jamás podrás ignorar completamente lo aprendido. Es este ejercicio el que nos fortalece o nos quiebra dependiendo de que tan profundo llegas y que tanto valor tienes para buscar tu verdad. Digo específicamente "tu verdad" pues nadie experimenta en cabeza ajena. Una vez que un diagnóstico te es revelado tienes dos opciones que plantearé con una frase de gran significado para mí: renovarse o morir.
¿Qué hiciste la primera vez que se te dijo que padecías una depresión? ¿Fue algo nuevo para ti o pudiste recibirlo como una inminente verdad? ¿Qué hiciste cuando a tu ser querido se le diagnosticó con certeza y veracidad aquél "transtorno" que te llenó de dudas? ¿Podrá eventualmente todo regresar a la normalidad? ¿Te atreviste a indagar sobre el tema o ese miedo paralizante a lo desconocido te acogió en sus garras privándote del gran don de conocerte a ti mismo y a los demás? Sentarte a hablar de ti, será siempre más difícil que hablar de otros, pero descubres, tras esas palabras que suenan más que nada a sentencia, que no eres tu desorden alimenticio. Es sólo una característica modificable de adquirirse la fuerza y voluntad. Quizá seguirá por siempre en tu sombra recordándote cuando dejaste de ser perfecto o, puede también ser la explicación que habrías buscado por tanto tiempo y que de dejó respirar al decir "no es mi culpa pero lo puedo manejar".
La salud es un tema delicado y, si se me permite el atrevimiento, la salud mental es más delgada que el cristal. Aun así hasta la pieza más fina se puede poner en un estante, a lo alto o a lo bajo, a la vista u oculta. Es cuestión de poner empeño en colocarla cuidadosamente en su lugar. Ahora, ¿Cuál es este lugar? ¿Dónde puedo poner tan valioso "objeto" que absolutamente nadie lo pueda jamás dañar? Simple, en ningún sitio. Todo en este mundo está en constante cambio. Podemos todos ser cristal o podemos también ser barro. Ser nuestro propio artesano no es fácil, me atrevería a decir que es casi imposible. Estamos constantemente expuestos a los cambios e influencias de nuestro entorno y no, nosotros no decidimos que material nos conforma, pero aprendemos a poner las piezas en su lugar antes de rendirnos en juntarlas otra vez. Si tenemos suerte, quizá alguien se hinque al suelo para ayudarnos a unirlas creando algo nuevo que estarás orgulloso de mostrar.
Sí, es imposible permanecer incorruptibles tras el paso de los años. Incluso las rocas no son lo que eran cuando comenzaron a existir. Toma por ejemplo, las rocas en los ríos: son estas y otros "accidentes" los que determinan el causal pero no son "menos rocas" por ser talladas gracias a la corriente. Sólo son rocas que aprendieron que, si no pueden nadar, la otra opción es dejarse moldear o cesarán de existir como tal para formar parte del resto de la naturaleza.
Quizá te preguntarás, ¿Debo entonces dejarme llevar? ¿Soy "victima de mis circunstancias" o soy "producto del causal de la vida"? Quisiera tener una respuesta puramente analítica, adornarla con mil y un más metáforas. Lo único que te puedo decir es que, tú, hoy, aquí, Eres un ser complejo con capacidades inexplicables. Tienes el poder de ser el río y al mismo tiempo la roca. El estudio del comportamiento humano es tan cierto como esta verdad. Será, posiblemente petulante considerar que algún día entenderemos en su totalidad el complejo laberinto del psiqué humano. Estamos atados a la brevedad de nuestra estadía a la tierra. No somos una roca que gira sin rumbo hacia lo profundo del mar. Somos seres finitos y capaces de sostener una moralidad y conciencia. Vale más enterarnos que de pronto dejaremos de ser humanos para regresar a la tierra pero, mientras tanto, aprendemos a confiar.
Existen muchos estigmas aún hoy en día sobre temas de la conducta humana. Es natural pues somos propensos a juzgar. Nuestras decisiones estarán constantemente influenciadas por nuestras experiencias. Sin embargo, este gran don del pensar trae consigo una responsablidad inaludible: sobreviviremos sólo si lo queremos lograr. Son estas ciencias herramientas creadas por tantos y tantos hombres imperfectos. Modificandose como otras tantas con cada nuevo descubrimiento.
Asusta entrar en un "perfil psicológico" no hay duda de eso. La pregunta final de todas es, ¿Qué vas a hacer al respecto?

viernes, 4 de enero de 2019

Así es como hoy, tu belleza no la olvido

La vi recostada sobre su sonrisa. Su blanca piel marcada por mis uñas. La vi con su largo cabello claro cayendo en sus hombros y sus manos desapareciendo bajo la almohada. Descansaba y soñaba con volar extendiendo sus brazos y piernas a través de la cama. Su hermosa figura de mujer cansada fue alimento para mi mirada. No pude evitar regresar a ella. Tenía que adorar sus largas piernas con mis manos hasta llegar a sus cintura arrancándole un suspiro. Todo me llevaba a acercarme a su cuerpo y deshacerme de la ropa que ya había vuelto a colocar en mi. En el momento en que abrió sus ojos verdes y miró mi rostro, no pude contenerme más. Puse a un lado las telas estorbosas y me dispuse a besarle. Pequeños gemidos y risitas sucedían al ritmo de mis labios en su piel. La besé desde sus piernas hasta su cuello sosteniendo su figura firmemente entre mis manos. Quería grabar en mi memoria muscular la perfección de ese momento. De un momento a otro mi figura cubría la suya embonando mis piernas en el espacio entre las suyas. Podía sentir la humedad que emanaba de su sexo. Con movimientos circulares su cadera me invitaba a vivir en ella uniéndonos en los espasmos causados por la mímica. Podía sentir mis senos rozando su bella espalda y nuestros tobillos entrelazados debajo de las cobijas. Mientras, mi rostro se refugiaba entre su cuello y sus mejillas, pronunciando un te amo entre caricias.
Es increíble pensar en cómo comenzaron las cosas. Aquélla noche iba acompañada de mi soledad a enfrentarme a un mar de gente disfrazada de alegría. Perdimos la conciencia de nuestras realidades atando nuestras almas en un acto carnal inolvidable. Eras la aventura que jamás pensé tener y desde el primer día me mostraste otro mundo ¿Qué habría hecho yo si no te hubieras cruzado conmigo? Incluso conocer a Cristo esa noche hubiera sido distinto. Cosa curiosa que el que coqueteaba fuera tu amigo mientras tú habías captado mi mirada y acelerado mis latidos desde el principio. Hoy que todo ha terminado a más de un año de haberte conocido, dejo contigo una pieza enorme de mi vida. Aquélla que arrancaste a gritos y mordidas pero también esa que te ganaste con tu hermosa y tímida sonrisa.
Te recuerdo perfectamente con todas tus imperfecciones. Las marcas y lunares que adornan tu entrepierna. Recuerdo los montes que recorría mi deseosa lengua haciéndote delirar, como ninguna otra. Me permitiste cruzar las puertas de tu cuerpo desde nuevos ángulos. Me permitiste derretirte entre mi rostro, cadera y manos. Me permitiste entrar a tu corazón desde tu oído y sostenerlo entre tus senos y los míos. Y más que todo, me permitiste tomar tu mano por este tormentoso camino.
Tormentas.Tempestades de la propia naturaleza. El tiempo hace que se derramen las presas. Estruendos. El volumen de las bocas aumentaron fuera de la cama ¿Quién dejó que cruzaran el río esas palabras? Las fronteras deberían ser el filtro de las armas verbales. Pesa más la piedra que la caricia. Doliste más de lo que curaste. Besarte no resanaba las heridas.
Así es como hoy, tu belleza no la olvido. Siete meses a tu lado refugiándome contigo. Siete meses de sonrisas y risas y amores. La mitad del tiempo que me resta estuvo en nuestros corazones. Hoy que ese cajón no alberga mi pijama y ese ya no es mi lado de la cama, me encuentro agradecida por haber sido tu dama. Por que me enseñaste más de lo que piensas tanto de la vida como la cama.
No volveré a recostarme en tu pecho cuando el día no más no se acaba. No volveré a enredarme en tus piernas cuando la ansiedad me ataca. No volveré a besarte en la playa justo después de amarnos. No podría volver a hacerlo después de como me haz lastimado.
Sin embargo, vida mía, fuiste tú quién liberó mi cuerpo de sus cadenas. Me enseñaste que en el sexo la ternura es igual de placentera. Que no sólo eran mis ansias las que vivían entre nuestras caderas y sobre todo que entre iguales, el néctar que se extrae es más dulce con certeza.