Para cuando te das la vuelta, mi sonrisa permanece intacta.
Guardo silencio en tu verdad, acaricio tu recuerdo.
Es tu actitud divertida y prepotente lo que atrapa mi mirada en ti.
El cuerpo no es más que un recipiente para la mente y razón que tanto admiro.
El deseo de pasearme en ese libro página por página hasta descubrirlo todo.
Esa voz, esa piel y ese denso amanecer no serían nada sin tu sabiduría.
Te quiero y eso nunca cambiará.
Siempre serás quien traspasó mi cuerpo para tocar mi ser.
Aun cuando el tiempo avance y mis experiencias no sean tantas.
Aun cuando tu vida haya empezado más pronto que la mía.
Aun cuando tu pelo vístase de canas y tu cuerpo se agote con rapidez.
El abrazarte después del frenesí, me llena de calma.
Algunos se preguntarán ¿Que cosa veo en ti?
Otros ¿Porqué ella si él es diferente?
Mientras por mi mente la pregunta que ronda es siempre
¿Cuándo, si no en ese momento, hubiese sido más perfecto conocernos?
Si las lágrimas turban mi mirada, tu mano firme las seca con tu ropa.
Cuando la soledad ronda nuestras almas, una sonrisa cómplice la ahoga.
Fortuna la de ser recibida con una canción en cada llamada.
Honor el de ser despertada con un "Ten un buen día" cada mañana.
No niego ni negaré que tu sexo fue gozo y tormento.
Tus brazos conocieron de mi espalda la debilidad y de mi cintura la fuerza.
Que la sociedad no fue limitante para darnos caricias.
Ni las caricias limitantes para seguirnos queriendo.
Sólo una mirada,
a tus ojos verdes, ángel.
Tu melena relajada,
cae igual que antes.
Tenerte entre mis brazos
porque un día fuiste mía, amor.
Sentir tu pelo sin retrasos
rozando sobre mi mejilla.
Y otra vez suspiro
al mirar tus verdes ojos.
Te veo de frente y recuerdo
y con ello regresa mi enojo.
Enojo por la sociedad
por alejarte de mi lado
y dejarme aquí errante
un corazón enamorado
Injusta es la vida
por definir amor y sexo
si el sexo no existiera
nada habría fuera de contexto
Si tus labios fuesen labios
y no implicasen géneros
¿Estarías aquí a mi lado,
o seguirías de mi huyendo?
Te amo y amo tus ojos.
Amo tu cara y amo tu cuerpo.
Amo el corazón que llevas dentro
te amo mucho, lo lamento.
Prometí dejar de amarte
de una vez soltarte,
pero uno no controla
lo que el corazón añora.
Te comunico en estos versos
un pedazo de lo que siento.
Aunque lo diga en modos diversos
ninguno lo expresará completo.
No hay cómo expresar
lo que me causa amarte tanto.
Ni por que pudieras vivirlo
entenderías como contarlo.
Un clavo no saca otro clavo,
ese refrán esta equivocado.
Ni un séptimo, ni un octavo
ni un ejercito te hubiese borrado.
Tu corazón se quedó
tendido en mi cama
desnudo y latente
vivo en su soledad.
Y tus ojos tan verdes
como el fondo del mar
se quedaron en mi espejo
cada que me quiero mirar.
Puedo ver aun tu mirada,
pareciera no te has ido.
Tal vez no sea coincidencia
Tal vez ese sea el destino.
Pareciera que te viese
a través de mis propios ojos,
verdes ambos pares
casi cual espejos.
Y así es como no te olvido
oh, mi vida, alma mía.
No te tengo en mi colchón,
pero sí aquí conmigo.