martes, 15 de octubre de 2013

El encuentro

A veces, me pregunto qué prefieres, si la dulzura que llevo dentro o aquélla en quien juego transformarme al estar contigo. No puedo esperar más el momento de volver a tenerte entre mis labios aprisionada. Sentir tu sexo cálido y agridulce moverse, palpitante, frente a mi boca. La musa proveniente de mis ayeres. Mi fantasía animada de paso firme. No quiero dejar pasar esa noche soñada y jamás dejaré tus ojos alejarse de mi cuerpo. Jamás borrarás la sonrisa de tenerte a mi lado y él, para mí, será sólo un tercero. Y el otro, por ese día, se separará de mi credo.
Éste juego a veces se tornó rutinario, otras, rompía la rutina. Hoy rompe mi sueño, antes, rompía mi llanto. Las ropas, adorno momentáneo previo al análisis de nuestras formas, son tan esenciales como el lecho que nos resguardare. A final de cuentas, son prescindibles al momento de adorarnos.