viernes, 12 de diciembre de 2014

Un dia feliz de Noviembre.

No es extraño para mi el escribir este tipo de entradas reflexivas de cuando en cuando.  Y no tanto para un blog, sino para mi misma. Con el tiempo me he dado cuenta cuando escribo de lo que está más al fondo de mi pensamiento y también que puedo ordenar la superficie del mismo. Ya sea que esté traduciendo una canción o viendo alguna serie de tv por la computadora, o incluso (en el loco caso de que así sea) mientras leo un libro, me gusta ponerme a pensar en la interpretación que le doy a las cosas según sea la circunstancia que se presente.

Como por ejemplo, Ayer que pasé tanto tiempo sola, valoro la hermosura de la compañía de mis amigos y de mi familia. También valoro la soledad para poder disfrutar del silencio. De igual manera me sorprendo a mi misma más silenciosa de lo que pensaba (si omitimos esos pensamientos en voz alta que a veces llegan a ser conversaciones conmigo misma, plantas u objetos de más de 3 minutos). Me doy cuenta de que tengo ganas de leer, de que mis amigos me invitan a fiestas sin que se los sugiera, que mi hermano me cuida como médico y como hermano y que mientras más tiempo esté sin cosas que hacer, más como. Probablemente necesite hacer mucho ejercicio este Diciembre porque sino, los 10 kg que me quedan de los 17 que bajé, van a valer madre.

Son las seis de la mañana y por fin voy agarrando sueño, a dos horas de que suene mi supuesto despertador, por supuesto.

lunes, 8 de diciembre de 2014

De relaciones y esas cosas.

Una vez salí con una mujer de 44 años. No salió bien. Fin.






Mentira, empezaré otra vez:
Una vez salí con una mujer de 44 años. La conocí en mi cumpleaños, en un bar. Desde el momento en el que la vi por primera vez no le pude quitar los ojos de encima. Iba con mis amigas a festejar mi día (No entiendo muy bien como las convencí de ir a un bar gay. O tal vez le daba demasiada importancia a la gente que va en aquellos tiempos). Me le quedé viendo por no sé cuanto tiempo hasta que ella fue al baño y la abordé. Después de unas semanas de salir, dejó de funcionar pero no me arrepiento. Aprendí mucho de esta persona. Me hizo sentir muy bien y me sentí muy bien de presentarla a mis amigas. Me ayudó a valorarme y disfruté mucho de su compañía.

La verdad es que me parece sumamente curioso cuando me la encuentro en la calle. Me la encuentro más fácilmente que a la gente de mi escuela. En realidad, haciendo recuento de eventos, es más poco probable que me la encuentre a ella que a cualquier miembro de mi familia (también porque no suelen frecuentar el mismo tipo de lugares concurridos que yo). Es más, es más probable que me encuentre a mis alumnos en un bar que a ella ¡Y es con ella con quien me topo! Cuando esto pasa se me para por un momento el corazón sólo para comenzar a latir más rápido, ponerme roja y luego recuperar la compostura para acercarme a saludarla a ella, a la novia y al hijo de ésta...¿Qué puede ser más incómodo que ésto?

También he de decir que la experiencia me dejó enseñanzas muy interesantes. Me llamaba mucho la atención el interés que tenía ella por mi vida y a la vez la libertad que esto demandaba. También la ambigüedad entre querérmela comer a besos y caricias junto con el hecho de poder esperar a quererla para hacerle el amor. Tenía mucho sin sentir ese cosquilleo que acompaña al tono de un mensaje entrante y, sobre todo, la inexperiencia que mi edad conlleva en contraste con la suya que me hacía ponerme muy nerviosa. De esos nervios que te llevan a equivocarte exageradamente.

El punto de todo es que siempre se habla de las relaciones entre gente con una diferencia de edad significativa, pero siempre entre hombre y mujer. Incluso hay una "tipo moda" entre algunos chavos que desean tener una relación con mujeres más grandes que ellos, sin embargo nunca se ha hablado grandemente de este tipo de relaciones entre mujeres homosexuales, porque incluso entre hombres sí es un tema más sonado. No había quien me pudiera aconsejar de cómo hacer que las cosas salieran bien entre nosotras (situación aunada a mi inmadurez inherente a la edad de los 21 años recién cumplidos en contraste con la suya).

Podríamos hablar de que para el amor no hay edad y otras tantas frases bastante comunes y sí, para el AMOR no hay edad, pero para una relación saludable sí la hay. Me pongo a pensar y a hacer cuentas y, siendo realista tendría que haber sido un amor muy fuerte el que nos uniera para poder usar esa frase por un cúmulo de factores bastante alarmantes; ¿Qué pasaría, por ejemplo, si esa relación se hubiera extendido años como es normal y a sus 50 años, por ejemplo, se enfermara (que Dios no lo quiera) y yo a mis 26 años me viera en la necesidad de cuidarla sin apoyo de mi mamá o mi familia en general ni idea de cómo hacerlo, en el más dramático de los casos? ¿Qué pasaría con mis ganas de ser madre si ella no me pudiera ayudar mientras cruzara por esta enfermedad? O en un panorama menos drástico, simplemente qué pasaría si yo a mis 30 años quisiera cumplir, por ejemplo, mi sueño de ser maestra en la UNAM y fuera tan grande mi deseo y su oposición que decidiera dejarla. Ya habría quitádole mucho tiempo de su vida y tal vez la oportunidad de tener con quién envejecer.

Fue una buena experiencia, la verdad es algo de lo que no me arrepiento. En su momento, y aun a veces, considero que si la hubiera querido de verdad, este detalle que fue ella quien lo sacó a relucir me hubiera hecho lo que el viento a Juarez (o sea nada). Si la vuelvo a ver la saludo con mucho gusto. De hecho me quedo platicando con ella. Sinceramente también con el ánimo de picarle a la novia la paz, sin embargo, la mayor parte del tiempo es porque le quiero y es muy agradable estar con ella.

Y pues en este momento estoy aquí, casual, hablando de homofobia y escuelas cristianas mientras escribo esta entrada. Acordándome por supuesto de cuando le di un beso en un restaurante ¡Un beso en la mejilla! y que ella se asustó de que nos fueran a ver y le dije que no pasaba nada, podía incluso pasar por mi tía en esa situación (también acordándome, no voy a mentir, de la primera vez que me besó y cómo recorría mi cuerpo esa sensación de choques eléctricos mientras el semáforo en rojo nos medía el tiempo).

El otro día la acompañé, de hecho, al hospital y nos fuimos a desayunar saliendo de su consulta. La pobre tiene 3 meses con la mano lastimada. En ese restaurante descubrí algo muy, muy extraño. A mi también me hubiera dado pena, en su lugar, que me hubieran dado un beso así tan a las peladas en un restaurante. Lo digo porque una señora la saludó y se sentó con sus amigas a desayunar. Todo el rato me sentí observada por una de sus amigas "¡Gracias a Dios que no somos más que amigas!" Me dije a mi misma. Hay veces en las que siento que mi corte de cabello, mis botas tipo vaqueras y mi vestimenta en general me pone en un mood en el que mi lenguaje corporal grita "lesbiana" por todos lados. O al menos eso llega a parecerme. Entonces, ver a dos mujeres desayunando con estas características tan marcadas, (tomando en cuenta que el que busca encuentra) da un poco que pensar.

Entiendo la paranoia de esta mujer. Ella ha vivido todo tipo de cosas a lo largo de su vida y atravesó las épocas más duras ya de la confrontación social en cuanto a su homosexualidad. Ya sabe como ganarse el respeto de la gente y como respetar el espacio de la gente. Yo no, yo aun estoy aprendiendo. Tanto con mis novios como con las chicas con las que ocacionalmente llego a salir. Por eso prefiero estar soltera. Tengo bastante con mi sociedad como para agregarle otra piedrita más al montón. Esa es la parte que más me intriga, la de su experiencia y agradezco que ahora puedo compartir un poco de esto con ella sin ponerme nerviosa y querer salir corriendo porque no esperamos nada de la otra. Es decir, ya puedo verla a los ojos sin derretirme por los mismos, al menos no siempre. Y ella sigue escuchándome y preguntándome y platicándome de lo que es el día a día. Claro, ¡Allá cuando nos llegamos a encontrar! Por que aparte de todo, parece que me lee la mente. Justo cuando más estoy pensando en ella, me marca, me manda un mensaje o me da likes a mis fotos. Es interesante. tal vez haya algo ahí esperando a que aprenda un poco más.

Esa es la cosa con las relaciones de todo tipo: se trata de aprender. Aprender a mantenerla, a deshacerla en el momento adecuado, simplemente a aprender de la otra persona y de la manera en la que interactúas con ella o él. Cada vez somos más capaces de asimilar las areas de oportunidad y las cosas que nos funcionan en cuanto a la manera de relacionarnos, por eso las relaciones de amistad, trabajo, amorosas o de cualquier índole con gente significativamente más grande que nosotros mismos, pueden ser tan enriquecedoras, siempre y cuando se tenga la capacidad de discernimiento entre las cosas útiles y las desechables en dichas relaciones.

Así que sí, una vez salí con una mujer de 44 años, 23 años más grande que yo, y no funcionó. Al menos no como yo quería que funcionara en un principio. Hoy, a casi un año de conocerla y a sólo 19 días de cumplir 22 años, agradezco a Dios que sus planes sean tan perfectos y superiores a los míos. Gracias a esto, aun tengo mucho que aprender de ella, de mi y de mis relaciones en general. Espero que alguien más pudiera decirme que también pasó por algo similar. No por que necesite reafirmarme con ésto sino porque de esta manera, sabré que mi post puede servirle de algo a alguien y que no se sienta solo o sola al pasar por esta situación.

martes, 2 de diciembre de 2014

Manual para encontrar el amor perfecto

(Advertencia: Sigue leyendo, si me conoces, sabes a dónde quiero llegar.)


Durante años has leído miles de revistas que te han dado consejos de cómo enamorar al hombre perfecto. Luego, como ser la pareja perfecta, sin embargo nadie te dice como prepararte para encontrar a ese hombre. Es algo que no se debe tomar a la ligera. Aquí te dejo unos tips muy buenos. De esos que te salvan la vida en momentos críticos como lo es tu actual soltería.


1. Perfecciona tu imagen

En esta sociedad es sumamente importante ser estéticamente agradable. No puedes andar por allí con 20kg de más en tu cuerpo y los dientes chuecos toda la vida si esperas encontrar el amor. Todo cuesta dinero y esfuerzo. Sin esto no serás nada en la vida.

2.Asegúrate de vestir adecuadamente, Lo que tú proyectes con tu vestimenta es lo que vas a atraer.

Si andas por la vida con pantalonera, toda despeinada, sin maquillaje, con chanclas en el centro, vas a encontrar una pareja de tu misma "calaña". En cambio, si procuras estar siempre limpia, aliñada, sensual y vestir las mejores marcas, seguramente pronto tendrás a un pretendiente guapo pidiendo tu mano en matrimonio en la sala de tu casa.

3. Deshaste de las amistades "incómodas"

No esperes encontrar a al amor de tu vida entre esos amigos que tienes y que sabes que no van a ser nada en esta vida. A eso están destinados ¿Qué no los ves? Obviamente si te juntas con ese naco del cabello estrafalario, jamás vas a poder congeniar con alguien de buen nivel social, porque claro, esas modas no pasan entre la gente "bien" y eso de que es una "filosofía de vida" son meras marihuanadas de tus amiguitos sin oficio ¡Por supuesto, no lo dudes! Es decir, ¿Cómo piensas que alguien de buen nivel se va a drogar o tener gustos excéntricos? Eso sólo pasa en las películas mexicanas.

4. Obtén un título universitario,

¡Por que claro! ¿Quién va a querer a una inculta como pareja? Es mejor que seas una burócrata amargada que desprecia la carrera que estudió a que andes por la vida sin un papelito que diga "Licenciada". Esos viajes no se pagan solos, ¿Sabías?

5. Lee

Lee mucho, de todo y todo el tiempo porque ¿Cuándo has visto que un pelajustán sin cultura se enamore? Digo, ¿No te daría vergüenza que tu amorcito te llevara a una cena familiar y tú no puedas estar al nivel de la conversación? Tienes que estar siempre un paso adelante. Y si sabes más que él, mejor.

6. Mantente dentro de los estándares sociales.

Que no se te ocurra por nada del mundo irte al centro vestida de mimo a regalar abrazos. Jamás vayas a cantar para alegrarle el día a un anciano en la calle. No uses ese vestido que te hace ver como sirvienta en una comida familiar. Jamás te hagas perforaciones que no sean las que todas tienen en sus orejas ¡Y ni hablemos de los tatuajes! Esos te van a cerrar las puertas en todos lados.

7.Cuida todo lo que dices.

¿Equivocarse? Jamás. Siempre debes ser consciente de las palabras que salen de tu boca. No te atrevas a hablar impulsivamente. No tienes derecho a comentar lo que piensas si esto te va a hacer ver como una subversiva ingobernable ¿Quién va a querer una mujer con criterio propio? Calladita te ves mas bonita si no vas a darle la razón a quienes son mejores que tú, como tus papás, por ejemplo.
No se te ocurra por nada publicar alguna mala palabra en tus redes sociales. O mejor aun, no se te ocurra decir nunca una mala palabra ¿A poco crees que un hombre decente va a querer ser visto con una verdulera?

8. Siempre di que sí a una invitación de un galán con categoría.

Si él se fijó en ti es por algo. Es obvio que tiene mucho que ofrecerte y quiere hacerlo. Nadie anda por la vida invitando chicas al azar para pagarles la cena o el cine. Además ¿Ya viste su carro? Que importa que no tenga conversación. Lo único que tienes que hacer es seguirle el juego.

9. No te equivoques

Si piensas que puedes tener un pequeño desliz sin que te afecte en nada, estás equivocada. Obvio ningún chavo bien va a querer estar contigo si no eres virgen. Jamás tengas aventuras, que importa que tu corazón te diga que él es el indicado. Que importa si estás a punto de estallar de deseo y esa persona es el amor de tu vida. Menos se te vaya a ocurrir acostarte con alguien que no conoces, eso sí es fatal. Nadie te va a querer si tienes pasado. Es mejor una hoja en blanco.

10. (y éste es el más importante) Olvídate de todo lo que crees que sabes.

El amor viene a tu vida cuando menos te lo esperas y de quien menos te lo esperas. No busques un cuento de hadas. Es más, no busques ningún cuento. Déjate de preocupar por qué piensen los demás de ti o de tu vida. Al final de cuentas, la persona que te ame, te va a amar tal y como eres. Si mejoras hazlo por ti, no por ninguna persona. Eres la única dueña de tu vida y se vale equivocarse. Incluso se vale quedarse ahí tirada un rato pero jamás dejar de levantarse.
El amor perfecto no llega, se edifica en conjunto. No lo vas a moldear tú sola, no lo vas a encontrar en una lata en el supermercado. Lo más importante es eso, olvidarte de todo lo que crees que debes hacer para encontrar el amor. Él o ella van a llegar solos. El universo tiene algo preparado para ti y tienes el derecho de descubrirlo. Es tu elección desde qué ángulo lo descubrirás, si desde los prejuicios y cánones sociales y mentales preestablecidos o desde la luz de tu corazón bien abierto.




(En serio, si no puedes ver el sarcasmo, me duele en el corazón tu concepción del amor verdadero)