martes, 30 de mayo de 2017

Duelo

¿Alguien podría explicarme cuándo dejé de ser una persona sensible y simpática?
O por lo menos explicarme dónde dejé mi corazón. Desde cuándo la campanita que tenía dentro es sólo un péndulo que va y viene lentamente reaccionando a las fuerzas de la tierra. Ya no creo en la esperanza de amar. Ya no siento el idealismo de una nueva relación.
Dios sabe que quiero ser feliz, que hago mi mayor esfuerzo por ser alguien funcional. Mi corazón está funcionando e incluso quisiera amar, pero la tristeza que me envuelve es, sin duda, lo que me hace estar en stand by. No extraño a la pequeña poeta que quería conquistar el alma de quién le leyera. No extraño al ser iluso que llenaba de sueños románticos la realidad. Siendo sinceros, odio el amor. Lo odio por que cuando parece estar más cerca, decide romperme el corazón.
Una vez me preguntó mi mamá que dónde había quedado su niña espontanea y alegre, lo mismo me pregunto yo. Cada día que pasa se endurece más mi corazón. Se rompe otro pedacito de mi con cada muerte y cada lío y cada persona que decide alejarse de mi cuando más la quiero cerca. Quizás sea tiempo de dejar de lado la vida que se supone debería tener y desaparecer.
Me enoja la sensación de rabia que me invade a diario, valga la redundancia. Eso no debería estar ahí.
Quizá este texto no debería de ser publicado ni parte siquiera de mis pensamientos. Quizá en realidad no debería existir esta sensación pero es imposible dejar de lado la rabia cuando ésta quiere enervar cada gota de tu sangre e invitarte a explotar. Sin embargo, si algo he aprendido a lo largo de mi vida es que no es bueno que me calle, que no es bueno que cuando las cosas giran en mi mente se queden allí por que van a causar un remolino que probablemente termine en un tornado arrasando todo lo que se supone es bueno en mi vida. Hoy, como siempre, no es momento de callar. Hoy es día de luto y tengo derecho a estar enojada. Tengo derecho a arrepentirme de no haber estado allí. Tengo derecho a enojarme por que mi abuelito tenía que morir, pero lo que no tengo derecho de hacer es de lastimar. No tengo por qué romper a los demás.
Espero no romper a nadie más ni alejar a otra alma importante en mi vida.
Siempre que alguien lee mis textos, termina siendo contraproducente. Por lo general este blog no iba destinado a nadie de mi familia, era mi espacio para poder explotar por que, cuando esa bomba de ideas que surgen en mi mente con mis textos, termina siendo un holocausto total. Por eso mi madre ya no leía lo que escribía por que no sabía distinguir la realidad de lo que es solo escribirla. No son textos aptos para cualquiera que no pueda con mi bipolaridad y principalmente para quien no pueda comprender la razón de mi escritura.
No sé llorar. perdí la capacidad de llorar cuando me siento triste por que aprendí simplemente a funcionar. A que mi realidad sea solo mía y nadie más la pueda hallar. Si me ves llorando, sabrás que eres alguien muy especial por que, como dijo mi mami en sus últimas semanas, "hay corazones como el tuyo que necesitan de las lágrimas"... pero no sé en dónde están.

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