viernes, 15 de diciembre de 2017

"Es un texto nada más" insisto a quién se preocupa. La realidad es que existe en mi pensamiento algo más grande que no puedo identificar todavía, así que lo llamo inspiración y dejo que lance palabras a la pantalla por medio del teclado. Todo cambia más rápido de lo que hubiese imaginado, mi cuerpo me lo grita. Puede que un cuarto de siglo no sea tanto pero, la realidad es que bien podría ser la mitad de mi vida. Quizá un tercio de mi desperdiciada vida con enfoque de artista abandonado. Quizá la depresión me esté alcanzando o no conozca en mi otro modo de escribir ¡Ve tú a saber por qué escribo más en estas fechas!
Podría ser tanto un comienzo como un final. Entra en mi el miedo y no lo quiero dejar que gane terreno. Me ha quitado muchas cosas ya. "Autosabotaje" le han llegado a llamar. La palabra retumba y rebota en el interior de mi cabeza y mi mirada perdida se refleja en la computadora.
"Sólo son palabras" Dentro de mí sé que suelo escribir cuando más quiero gritar. Un "te amo" apacigua. Gracias por dejarme amar. El texto aun no acaba pero ya está sonando la alarma de "¡AYUDA! ¡VAMOS A COLAPSAR!" mientras mi cabeza entra en un estado similar al efecto de la marihuana. Similar a no saber en dónde te encuentras dentro del espacio temporal. El violín sigue sonando y siento que vuelo dentro de él mismo ¡Maldita ansiedad social!


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