Hace tiempo
te saque de mis fantasías personales,
Esas que me
inspiran buen humor cuando mi día está aburrido,
Mas
desterrarte de mi mente, eso sí, no he podido.
Sigues ocultándote
en mi subconsciente,
De donde no
tengo autoridad de echarte.
Sigues de
cuando en cuando por mis sueños,
Sin que yo
te llame, apareciéndote.
¿Qué quieres
de mí, verdaderamente?
Si no eres
mío hoy, ni mañana, ni el mes que viene,
¿Qué haces
todavía rondando entre mis neuronas?
Mas hay un
lado masoquista en mí que,
Sin embargo,
no quiere que te vayas.
Y he de
confesar que, claro,
Tenerte en
mis sueños es un consuelo muy grato, pero...
...al salir
el sol, se diluye tu figura, tu aroma,
Tu sonrisa
picaresca, todo eso que de ti me gusta;
Caigo de
nuevo en cuenta que no estás para mí, que ajeno vagas.
Vuelve esa
frustración, ese querer destrozarte,
Y con cada
golpe, la vida arrebatarte.
¿Pues no es
acaso afrenta en mi producir tanta tentación,
Para luego
ser tan, a fin de cuentas, insatisfactorio?
¿Por qué no
te das cuenta del crimen que cometes?
Si no eres
mío hoy, ni mañana, ni nunca,
Empieza por
salir de mi cabeza y deja de propiciar -por favor- con tu sabido atractivo,
Que mi mente
te archive en la carpeta “Documentos freudiano-reprimidos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La opinión de los demás, es siempre bien recibida. Sin ella, nuestro pensamiento nunca crecería.