Durante los últimos años he estado haciendo muchas cosas "porque se me hizo fácil". Me gustaría decir que no sabía que pasaría lo que como consecuencias ocurría luego de ello, pero lo sabía. O al menos lo podía haber intuído en cierto grado. Se supone que para eso es la adolescencia; para regarla y aprender de ello. Sin embargo, para poder utilizar esa escusa tendría que admitir que mi adolescencia llegó a mi demasiado tarde; que mi niñez se ha alargado y entremezclado con el inicio de mi etapa adulta y así sucesivamente.
No necesitas que pasen 29 años para darte cuenta de las consecuencias de tus desiciones.
"...Tienes que subir las escaleras, no temas, no te haremos daño. Eso, sigue así. Abre la puerta del ático, no tiene llave pero oculta algo ¿Ves toda esa ropa vieja? Tiene historias, tuvo dueño ¿Ya nos encontraste? ¡Anda, no tengas miedo! Abre el baúl, queremos conocerte, volverte a conocer en realidad porque, Poeta, odio que ya no nos ames. Nos diste la vida con tu poesía y ya no podemos vivir sin ella. Ahora que estamos aquí juntos de nuevo, nada nos va a separar..."
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