sábado, 12 de enero de 2013

Las letras pueden volverse hechizos.



Dicen, pues bien lo he escuchado, que al escribir no hay magia.
Que en las letras no hay magia, escuché, sólo trabajo duro.
Pues sépanlo bien, yo lo he sentido: sus letras tienen magia.

Yo he sentido el hechizo eufórico que sobre mí su léxico destila.
Un ahogo, una asfixia; hedónico calor que se eleva desde de las plantas,
Retumba exprimiendo cada poro y despoja a cada uno de su fragante aliento.

Punzantes oleadas de presión contenida, vaporosa.
Una, otra y otra más, golpeando desde la palpitante fuente húmeda de anhelos.
No hay verbalidad, sólo especulación.
No hay contacto, sólo embrujo.

“Abrazo” es la palabra, y al cuerpo con ésta él atrapa;
El roce hace sentir, y el aire, más cálido y pesado hace volverse.
Esencia del cuerpo hace volar en espacio vacío, solitario;
Esencia delatora de aquello que se espera sin llegar a recibirse.

“Beso” es la intención y el verbo, palabra y sueño, ilusión y morfema.
Labios rojos, mórbidos, de brillo cubiertos; una manifestación de lo que se espera.
Palabras que se traducen en anticipación, excitación, desesperación.
La santidad en la mera letra pura se vuelve por entero indecorosa.

Sus dedos en veloz y mecánica danza, hacen eco en superficie insensible,
Pero su magia los lleva de viaje, la distancia atravesando y paradigmas destrozando,
Los gélidos muros derritiendo y en el lugar ideal, cada toque preciso depositando.
Son toques que derrumban el presente ajeno al cuerpo, derrumban premisas.

La mente volátil se desprende y acude al brillo de esos ojos,
Que queman con lascivia todo intento de modestia hasta la piel viva.
Los brazos amigos auxilian el peso que ante el fuego se rinde.

El cuerpo sueña aferrarse al generoso regalo ofrecido, más nunca entregado.
Anhela sin remordimiento su llegada, la hipérbole de sus ansias pierde toda retórica.
Entonces siente su calor atravesándolo todo de una vez.
Se derrite y abraza con fuerza algo que no existe, pero que desea.

No existe ataque que se oponga a su abrazo, pero lo imagina.
Abrupto llega, se instala y con premura escapa,
Se interna de nueva cuenta y repite la escena frenéticamente,
Su impulso acrecentando, y en cada paso humedad arrancando.

El cuerpo se tensa; lloran sus poros deseando besar lágrimas ajenas.
Los labios buscan también empaparse del sabor deseado,
De memorizar textura, movimiento, sabor en vapores fragantes.

Cuando un torrente de fuego blanco colme por fin el amoroso refugio,
Este responderá regando volcán y llamas con su propia lluvia de aprobación.
Una vez la ilusión haya acabado, el calor cederá, mas el hechizo apenas habrá comenzado.

2 comentarios:

  1. hermoso, sensaciones y magia transmites me ha gustado mucho :33

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    1. Gracias por leer y comentar, amigo. Me da gusto que hayas encontrado sensaciones -muy buenas, espero- con mi texto tentativamente poético. Ojalá pudieras hacernos un poco de promoción por ahí en tu blog, ¿se podrá? Jejeje. -^^-

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